LOS JAPONESES Y LA GRAMÁTICA, EL JLPT

nihongo

 

El domingo pasado se celebró la convocatoria de julio del examen oficial de lengua japonesa del Ministerio de Educación japonés. Se conoce como Nihongo Noryoku Shiken 日本語能力試験 y consta de 5 niveles –el nivel 1 es el más alto-. Cada candidato ha de matricularse en uno de ellos un par de meses antes de la celebración del examen. Hasta el año pasado la prueba constaba de 4 niveles, pero debido a la gran distancia que existía entre los niveles 2 y 3, el Ministerio decidió ampliar en un nivel más la prueba creando un nuevo nivel 3 (三級) y desplazando los antiguos 3 y 4 hacia abajo. En esta ocasión me he presentado al nivel 2 (二級), aunque como dicen los americanos, the odds are against me, pues me faltó tiempo en la parte escrita de la comprensión de textos y creo que cometí unos cuantos errores en las cuestiones más gramaticales. El examen es básicamente escrito, a base de preguntas de respuesta múltiple, con lo que en ningún momento se mide la producción de lenguaje por parte del examinado. Por un lado, eso resulta cómodo para el candidato y objetivo a la hora de evaluar; pero por otro, se pierde una parte del lenguaje que es clave, su uso; además, dirige el estudio del idioma japonés y la preparación para dicho examen hacia los aspectos puramente formales de la lengua y no a los comunicativos. La obsesión de los japoneses por la maestría en el arte de la gramática fuera de contexto es obvia en ciertas partes del examen, donde ítems de apenas una frase y elementos gramaticales del lenguaje escrito formal japonés son considerados con el mismo valor que textos originales completos y su comprensión. Hay también tareas extrañas y poco naturales como la de ordenar las palabras de una frase como si fuera un puzle o un crucigrama: ¡en la vida real no se hace eso! En la parte del audio hay un poco de todo aunque a veces parece que miden más la memoria que la percepción auditiva.
Es la visión de estudiar el lenguaje por el lenguaje, abstrayéndose del contexto social y cultural e incluso del contenido. A la hora de prepararse para el examen o incluso para estudiar japonés en general por libre, casi todos los materiales escritos están cortados por el mismo patrón –en base al dichoso examen-: no existe ningún libro de texto de japonés con enfoque verdaderamente comunicativo agrupado en bloques temáticos, sino que son un sinfín de reglas gramaticales. Además, las ediciones están muy poco cuidadas en comparación con libros de idiomas de otras lenguas.
Hasta el que examen no se modernice –e incluya entrevista oral con un nativo y producir lenguaje por lo menos al ordenador, como en el TOEFL-, será difícil que los extranjeros consigan dominar el idioma japonés más allá de las preguntas de opción múltiple. Hace 3 años conocí a un americano en Osaka que había pasado el nivel 1 del examen pero que apenas podía producir unas frases de saludo en japonés. Me pregunté cómo era posible aquello. Bueno, los japoneses encargados del examen deberían también hacerse ese tipo de preguntas y cambiar el JLPT. Y luego aplicarlo también a la enseñanza del inglés, el español, etc., para sus conciudadanos en las clases que no son impartidas por nativos.

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